domingo, 17 de febrero de 2013

El Bandio o Banjo Mapuche (Parte 1)




En este tercer artículo de Tayin Ülkantun, en vez de contarles sobre algún grupo, les hablaremos sobre uno de los instrumentos que contribuye a darle su sonido peculiar a nuestra música, siendo uno de los elementos diferenciadores con respecto a las melodías de otros territorios, nos referimos al Bandio o Banjo Mapuche.

Este curioso instrumento, ausente en la música de otros territorios es uno de los que fueron adoptados posteriormente a la época precolombina en nuestra zona pero con el tiempo se hizo parte indisoluble de nuestro canto, a tal punto que es difícil concebir a los grupos de la zona sin uno de sus intérpretes o una gillatun sin su acompañamiento.

Para poder comprender el por qué de mejor forma, en la primera parte haremos un recorrido histórico a través del origen, la evolución, la llegada y la adopción de este instrumento en nuestro territorio.

Origen y Evolución

El Banjo llegó a América desde África en el siglo XVII, siendo traído por los esclavos negros que trabajaron en lo que actualmente es Estados Unidos.

Las principales hipótesis plantean que el nombre actual surge de los probables términos banza, banjil, banje, banshaw o banjar, pero, por otro lado, se plantea que proviene de la evolución del término portugués bandore, que proviene del español bandurria.

Entre sus parientes africanos podemos encontrar el Sintir de los gnawa del Magreb y el Xalam del África Occidental, siendo este último el ancestro más directo.


1.- Sintir
2.- Xalam

Éste tiene su origen en un instrumento compuesto de una calabaza cortada por la mitad, cubierta por una piel a modo de tapa armónica, a lo cual se le integraba un mástil al cual se le ponían varias cuerdas. Las clavijas y el diapasón se integran en el siglo XVII. Con esta innovación antes mencionada llega a nuestro continente.


Modelos de banjos hechos con calabazas

Para 1784, Thomas Jefferson, en su libro Notas sobre Virginia, cuenta sobre los esclavos negros que "Su instrumento propio es el banjar... y sus cuatro cuerdas corresponden a las más bajas de la guitarra".

Hasta la década de 1830, éste instrumento era sólo interpretado por los esclavos afroamericanos, sin embargo, es durante este período cuando aparece Joel Walker Sweeney, primer intérprete blanco conocido del instrumento, el cual lo populariza de tal modo que comienza a integrarse como instrumento del folklore tradicional estadounidense.

Sweeney es el responsable de introducir la principal innovación que le dio el carácter definitivo a este instrumento: El cambio de la caja de calabaza por un aro cubierto por una membrana de piel a un lado a modo de parche. Es así como se gesta este auténtico hibrido entre un instrumento de cuerda y uno de percusión.





Joel W. Sweeney  y su Banjo con Aro

Tiempo después, y en colaboración con William Boucher, introducen el sistema de fijación del parche con tornillos, al estilo de los tambores actuales. A partir de 1860, con James Buckley, en su obra “Nuevo Método de Banjo”, se innova agregándosele al instrumento los trastes metálicos.

Es con estas innovaciones anteriormente descritas con las cuales llega a miles de kilómetros al sur del mundo y ejercería una influencia impensada.

Llegada a la Fütawillimapu

  
Ilustración de Bandio hecha para el texto
"Las Raíces Musicales del Fütawillimapu"

La adopción definitiva de instrumentos no precolombinos en la música de nuestra zona comienza a mediados del siglo XIX. Si bien este proceso comenzó con la integración de la guitarra producto del intercambio cultural entre españoles y williche durante la conquista, es en el período anteriormente mencionado en el cual se terminan de agregar buena parte de la instrumentación tradicional de las bandas actuales.

Ya para finales de aquel siglo, hay registros de artesanos que elaboran vihuelas y violines (como violín se denominaban a los rabeles, instrumentos de tres cuerdas de la misma familia), siendo esto evidencia de que desde  un principio la fabricación de estos instrumentos fue y sigue siendo de carácter artesanal.

El texto “Las Raíces Musicales del Fütawillimapu” de Ponciano Rumian, con respecto a cómo el banjo fue adaptado, nos cuenta lo siguiente:

Respecto a la incorporación del bandio, el conocido cultor Antonio Antilef de la localidad de Llahualco, actual comuna de Río Negro, cuenta que:

«Cuando era muchacho, en una fiesta en Riachuelo, por el año 1914, lo vi por primera vez que lo tocaba un paisano que lo trajo del norte…».

Posteriormente don Antonio Antilef, consigue conversar con el “paisano” para pedirle  y observar el bandio, y de ello finalmente termina construyéndose un instrumento similar con el cual pasa a formar parte de los músicos  que eran requeridos para las diversas festividades y velorios que se desarrollaban en la localidad.

Fue cosa de tiempo para que este instrumento fuera integrado en la musicalidad cotidiana de los williches costeños como un instrumento de carácter primeramente recreativo, debido a su relativamente fácil fabricación, característica que permitió su masificación y su aceptación colectiva, siendo la máxima confirmación de lo anterior su adopción en las bandas de rogativa, lo que conllevó a su aceptación en la ritualidad tradicional de nuestro pueblo.

Con respecto a lo anterior, “Las Raíces Musicales del Fütawillimapu”  nos señala que:

Evaristo Rupailaf de Punicahuín, San Juan de la Costa, cuenta que:

«…los caciques y sus principales se reunieron durante tres días para razonar y concordar el ingreso de estos instrumentos y esta música en las rogativas williche…».

Según lo que nos indica el texto “Nütramkan, Domingo 14 de Noviembre de 2010”, es probable que dicho trawün-ngülam se haya realizado a principios del siglo XX.
También el texto anteriormente citado nos entrega el siguiente testimonio:


«Nuestros fücha y nuestras tremche dicen que el Taita Wenteyao manifestó cual era la música que se debía tocarse en los Ngillatun y cuáles eran los instrumentos que podían utilizarse. La música es el Wichaleftu que, según dicen nuestros mayores, es la música que se escucha en la roca. Por tanto, la música del Ngillatun no fue una decisión arbitraria de alguien o de algún grupo, sino un deseo del “Abuelito Wenteyao”. »

Con estos dos testimonios, provenientes de la oralidad, podemos ver que, por un lado, los “caciques” (lonko y ülmen) concordaron esta disposición de integrar estos instrumentos, pero, por otra parte, ésta requirió la aceptación del mismo Taita Wentayao, habiendo un vínculo terrenal y espiritual en la decisión tomada, mostrando también una vez más lo importante que son ambos planos para la vida del mapuche.

Pronto
Parte 2: Caracteristicas del Bandio

No hay comentarios:

Publicar un comentario